DISCURSO DEL RECTOR NACIONAL EN EL 57 (QUINQUAGÉSIMO SEPTIMO ANIVERSARIO) DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA BOLIVIANA. 16.05.2023

La Universidad Católica realiza un gran aporte, allí donde se juega el gran debate de futuro de nuestra sociedad contemporánea. La encrucijada está en hacer compatible la fe, como actitud de confianza en la Palabra pronunciada por Jesús, el Hijo de Dios, en su visita a este mundo, una Palabra que nos da razones para confiar y esperar que la vida no acaba con la muerte y, por tanto, tiene sentido la existencia y la ciencia como actitud de aceptar solo lo que vemos y tocamos, lo que comprobamos, lo que verificamos de acuerdo a los principios de su método.

La Universidad Católica, propone una actitud diferente, desde el diálogo entre la fe y la ciencia. Lo que proponemos, desde las universidades católicas, no es una alternativa, entre una u otra posición, sino una complementariedad. Es posible ser plenamente científicos, aceptando lo que las ciencias comprueban, reconociendo al mismo tiempo, la insuficiencia de método científico para saciar la sed de verdad del ser humano, que desea llegar no a verdades, sino a la verdad completa, a aquella verdad que es capaz de dar sentido a la vida.

La ciencia busca la verdad y la fe la ha encontrado ya en Cristo, quien es la verdad. Pero eso no le quita ímpetu a la búsqueda, sino que la fe es un acicate a la búsqueda ya que la que se busca y la ya encontrada, es la misma verdad.

Hoy, es posible, sin dejar de ser radicalmente científico, seguir preguntándose por la más radical de las preguntas: ¿Por qué existe algo y no, simplemente nada?.

Es posible maravillarse de este ser humano que somos y que necesita la existencia de alguien incondicionado, que es origen, causa y fin, sin ser efecto de nada anterior.

Todavía hoy, cuando tanto ha avanzado la ciencia experimental y hemos respondido a tantas y tantas preguntas, cuando cada vez sabemos más, sigue siendo verdad el adagio socrático: “solo sé que no se nada”. Todavía hoy nos sentimos pequeños ante el misterioso e infinito universo y hay más preguntas que respuestas.

Este es el talante de los científicos cristianos y el estilo que debe mover a los intelectuales cristianos de este tiempo y la Universidad Católica debe estar llena de preguntas, de asombro ante el misterio de la existencia y de razones para alabar a Dios.

Y cuando de reflexionar sobre la vida moral se trata, en estos tiempos de tantos conflictos morales, de tantos dilemas sobre cómo comportarnos, cómo tomar las decisiones adecuadas, cómo ser mejores seres humanos, en la Universidad no debemos aceptar acríticamente cualquier moda, sino ser enormemente críticos, aunque también enormemente comprensivos con el ser humano. Deberíamos estudiar con metodología científica, por ejemplo, si realmente el parecer lo que no somos, que predican las ideologías de género, está haciendo más felices a nuestros jóvenes o los está esclavizando y empujando todavía más a la depresión.

La fe es nuestro aporte, es nuestra diferencia respecto a otras formas de mirar la realidad. La diferencia no está en la cientificidad, sino en la aceptación de la persona de Cristo, que vino al mundo, nos enseñó una doctrina maravillosa, fue condenado injustamente a morir en una cruz, murió, fue sepultado, pero resucitó y vive para siempre. Esta es nuestra fe y esa fe nos da una visión de la vida y de la realidad diferente.

Como nos dijo el Papa Francisco a los rectores de América Latina y el Caribe en la peregrinación con motivo de los 70 años de la ODUCAL: “Estoy convencido de que la catolicidad de la mente, del corazón y de las manos, promovida por sus universidades y su asociación, puede contribuir de manera decisiva a la sanación de las heridas tan dolorosas que ofenden hoy a nuestra amada América Latina, donde los ricos se vuelven cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres. Alimenten el fuego encendido por Dios en América Latina, aliméntenlo así”.

En este quincuagésimo séptimo aniversario de la fundación de la Universidad Católica Boliviana quiero compartirles mi visión de la Universidad que, ojalá nos ilusione a todos y la hagamos nuestra visión.

1.-Somos una universidad con identidad cristiana.

Para ese fin la crearon los obispos de Bolivia. Identidad entendida como identificación con el estilo de Cristo, con alguien que fue el ser humano más pleno y perfecto que haya existido en esta tierra. Conocer a Cristo e identificarse con su estilo de vida en todas las instancias de la universidad. Que Cristo y su estilo de vida, su forma de pensar y de ser, impregnen la vida universitaria, para que los valores de la vida cristiana: esfuerzo, tolerancia, amor, entrega a los demás, estén presentes en todo.

La identidad cristiana debe estar en todas las aulas de la UCB, debe ser la razón por la que se elige esta universidad y debe transmitirse como lo más valioso en todo el proceso educativo.

Decir identidad cristiana no nos debía sonar a algo tedioso y aburrido, algo así como: más ritos. No es eso. Bueno si la búsqueda de identidad nos lleva a ser más personas de silencio, de oración, de meditación y mejores personas, no viene nada mal. Pero identidad es ser y tenemos que ser como Jesús de Nazaret que fue un hombre entregado, un hombre preocupado por los otros. Un docente con identidad cristiana tiene que preocuparse de sus alumnos y de sus compañeros y no ser de los que no hacen nada si no le pagan. Si no me pagan yo no hago nada. Eso no es identidad cristiana.

Identidad cristiana es no considerar anticuada y aburrida una forma de estar en el mundo que ha inspirado a la humanidad durante siglos y ha movido la vida de seres humanos de tanta altura como San Pablo, Santa Teresa de Calcuta, Santa Nazaria Ignacia, Luis Espinal o San Oscar Romero. Pero también de personas de la altura intelectual y científica de Newton, Descartes o Immanuel Kant, por nombrar solo unos pocos cuya vida y producción intelectual estuvo inspirada y movida por el Dios cristiano.

Hay que investigar con más seriedad la presencia del cristianismo en la cultura americana y boliviana.

Además, la universidad,  con más razón aún por ser católica, debe contar con una pastoral misionera, una pastoral que llegue a toda la comunidad universitaria con la propuesta de la Buena Noticia y que ofrezca actividades variadas en las que los jóvenes tengan la oportunidad de vivir una profunda experiencia de Dios, por ello hemos construido nuestro plan nacional de pastoral universitaria, con la participación de todos los equipos de pastoral y la aprobación de los Sres. Obispos del CEES (Consejo Episcopal de Educación Superior).

2.-Una Universidad única, descentralizada y organizada.

Tal vez uno de los slogans que más se ha repetido de los nuevos Estatutos, que los Obispos de Bolivia han dado a la Universidad Católica Boliviana. Ojalá no sea lo único que conocemos de los estatutos. Porque unos tiramos hacia la universidad única y nacional y otros hacia la descentralizada para hacer una universidad a la medida de nuestros deseos, pero pocas veces nos ponemos a escuchar las razones del otro y a construir juntos la universidad que proponen realmente los estatutos.

Somos una universidad que se construye en un diálogo continuo entre regiones y realidades culturales diferentes para llegar a una única imagen y una única identidad que se encarna en las diferencias.

No nos deben molestar las diferencias, pero tampoco las coincidencias. Me preocupan, como rector nacional, las sedes, me preocupa la Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija y ya me está preocupando la nueva sede de Sucre y también la nueva unidad de postgrados de Oruro.

Me preocupan las obras de la Iglesia, las Unidades Académicas Campesinas, la nueva UPPAE de Sacaca, en el Norte de Potosí, y sus estudiantes de enfermería. Me preocupa la UCB y eso significa que me preocupa cada uno de los lugares en los que la UCB está presente con sus dificultades, con sus alegrías, con sus problemas. Los problemas de Santa Cruz, son problemas de La Paz, los de cada sede son de todos. Nadie se alegra de que una sede tenga problemas. Nos preocupa toda la Universidad en cada una de sus sedes.

Al mismo tiempo, cada Sede tiene que ir buscando su propia identidad, tiene que responder a los desafíos regionales y culturales, con su propia creatividad y con las respuestas adecuadas.

Por ello tenemos una Junta Nacional a la que le agradezco por todo el trabajo que realizan y tenemos juntas de sede que hacen un trabajo encomiable y que es muy de agradecer poque soy consciente de cuánto aman a la UCB. Tenemos un Gran Canciller que representa a los Obispos y se desvive literalmente por la Universidad.

Ahora bien, la descentralización debe llegar hasta el nivel de las facultades y no quedarse solo en el nivel del rectorado de Sede. La facultarización, opción de nuestro modelo académico, es necesaria para la descentralización, ya que cada facultad debe organizar su investigación, su interacción social y contar con ingresos propios por su actividad económica.

Toda la universidad debe tomar conciencia de pertenencia e integrarse en una universidad participativa, no pasiva, sino todos participamos en la construcción de la universidad.

3.-Una universidad que educa personas que piensan.

Nuestros docentes y estudiantes de la UCB deben cultivar y contar con la competencia para interpretar el mundo en el que vivimos, sus movimientos, sus novedades, su forma de pensar.

Es por ello que tenemos nuestras materias de formación humano cristiana, que van a llevar un trabajo curricular para adaptarlas a la carrera que cada uno estudia.

Nuestros docentes de estas materias, si no son teólogos, van a cursar una maestría de formación humanística, cristiana, que les capacitará para ser docentes.

No debemos tomar estas materias como, materias sin importancia, porque son las que nos dan identidad, las que nos ayudan a conocer el cristianismo y forman la mente para ser personas que piensan.

Más bien pensamos que no son suficientes estas tres materias y debemos introducir en todos los currículos de la UCB el pensamiento crítico a través de las materias de ética profesional, historia de las ideas y epistemología.

Toda universidad tiene como misión primordial la formación de personas que piensan, que saben pensar, intelectuales que no se conforman solo con un pensamiento unidimensional, de aquello que es su profesión, sino que cuentan con la competencia suficiente para tener un pensamiento general, holístico, sobre el mundo en el que vivimos.

El pensamiento ético, la historia de las ideas y la reflexión sobre la forma en que conocemos la realidad, son aspectos básicos necesarios que forman parte del bagaje intelectual que todo estudiante de nuestra universidad debe tener.

Nosotros, UCB, no nos preocupamos solo de que ustedes, estudiantes, salgan siendo los mejores profesionales de Bolivia, y que cuenten con las competencias necesarias para tener un trabajo y accedan a un buen salario, sino que no seríamos Universidad Católica si no nos preocupásemos también de formar su capacidad para entender, desde la verdad, el mundo en el que estamos viviendo con sus complejidades y profundos cambios.

Para todo esto contamos con la ayuda inestimable de una Facultad de Teología experta en filosofía y en teología, a quien estamos solicitando ayuda y nos la presta con el mayor gusto.

El Cardenal Tolentino, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, en el encuentro de la ODUCAL, en el que he participado hace pocos días en Roma nos decía: “Hay que incluir la Teología en el diálogo con las ciencias. La fe no reduce el espacio de la razón, sino que lo abre a la totalidad”.

Una característica de esta etapa es la profunda unidad que estamos viviendo y, todavía vamos a vivir más, con nuestra Facultad de Teología, fuente de pensamiento y de búsqueda de la verdad plena que nos tiene que ayudar cada vez más a todos a ser buscadores de la verdad, no de verdades parciales, sino de la verdad total y plena.

4.-Una universidad con la mejor calidad académica posible.

El modelo educativo que hemos construido y el Plan de Desarrollo Universitario que estamos construyendo con la participación de todos nos invita a cuidar cada vez más la calidad docente en la Universidad.

Cuidar la calidad docente es tender a que nuestros docentes gocen del mayor grado académico posible: el doctorado.

Ahora bien, ningún grado académico garantiza la calidad docente, tampoco  el doctorado. Hay que buscar doctores buenos docentes, con un perfil muy concreto: docentes que sean personas íntegras, personas que dialoguen con los alumnos, que no tengan miedo de relacionarse con ellos, de responder a sus preguntas, que se preocupen por ellos, que transmitan valores en las relaciones, que traten con respeto a los alumnos y alumnas, que están convencidos de lo que piensan y creen.

Este docente no se improvisa, se va formando y la universidad tiene que ofrecer la formación permanente que haga que nuestros docentes lleguen a ser también excelentes pedagogos en su forma de transmitir los conocimientos.

En esta búsqueda de calidad académica nos preocupa también, como universidad, el nivel de los estudiantes cuando ingresan a la universidad, que se transforma con los años. Estamos recibiendo jóvenes con dificultades de aprendizaje y debemos ofrecer también las herramientas para la superación. En el próximo diálogo docente pienso proponer este tema a la consideración de todos los docentes para que, juntos, busquemos caminos de superación de estas dificultades, que han sido detectados por los mismos docentes en la primera sesión de diálogo.

En el año del diálogo que estamos celebrando en el camino hacia el año 2026, en que celebraremos 60 años de la universidad, nuestros docentes están participando en una experiencia muy bonita de encuentro entre docentes, de diferentes regiones y disciplinas, que nos enriquece a todos y nos hace aprender unos de otros.

Al servicio de la calidad académica en la Universidad es que hemos implementado el contrato civil como forma de comenzar a ser docente en la UCB. No es la forma normal y definitiva, la forma normal es el contrato laboral, como atestiguan los contratos con los que contamos. Pero el curriculo no es suficiente para realizar la contratación de un docente, hay que ver el desarrollo en la práctica, por lo que el contrato civil nos parece buena forma de comenzar la relación, como el noviazgo es la forma de comenzar una relación, antes del matrimonio.

Tenemos 1053 docentes con contrato individual de obra y servicio,176 a tiempo completo, 477 administrativos, o sea, somos una empresa con 1706 contratos laborales, o sea 1908 contratados, de ellos solo 202 tienen contrato civil. Juzgar a la Universidad como poco comprometida con la doctrina social de la Iglesia, por esos 202 contratos, me parece poco justo.

En esta misma línea de calidad, contamos con 87 carreras a nivel licenciatura y tres a nivel técnico, en todo el país, de las cuales 45 hoy cuenta con acreditación por parte del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana y por entidades internacionales como IAC -CINDA, ARCUSUR, convirtiéndonos en la primera universidad en Bolivia en contar con el mayor número de acreditaciones lo que garantiza la calidad de excelencia educativa que impartimos en nuestras aulas.

Felicito y animo a nuestros docentes, que son los que hacen posible una Universidad grande, como la católica. Ustedes son los que han construido y siguen construyendo esta casa de estudios con su trabajo y su esfuerzo.

5.-Universidad que educa valores para el cambio de Bolivia.

En la Universidad Católica siempre nos ha preocupado mucho formar, no solo buenos profesionales, sino formar buenas personas para un cambio en Bolivia. Nos da mucha alegría cuando esto se logra y muchos exalumnos son buena muestra de ello.

Necesitamos personas honestas, solidarias y comprometidas. Hay que propiciar un cambio de líderes en el país, para una transformación social como merecen los bolivianos para encaminarnos hacia el progreso, mediante una cultura de paz.

Las actividades universitarias: teatro, deporte, canto, música, coro, actividades pastorales, campamentos, retiros, voluntariado, etc., todo debe colaborar a la educación de valores en la universidad.

Se trata que la UCB ofrezca realmente la mejor experiencia a quien se decide por ella y ser nuestro estudiante. La experiencia universitaria se fragua en las relaciones y en las muchas actividades culturales y pastorales que la universidad debe ofrecer.

Ser universitario es una experiencia humana intensa de relación, de juego, de participación, de competición, de superación, de organización, que fragua valores fundamentales de cooperación, compartir, solidaridad, resiliencia, esfuerzo…que van forjando la personalidad. Todos debemos aportar para que ninguno de nuestros se arrepienta de haber escogido la UCB o no se lleve una experiencia inolvidable de su paso por nuestros campus.

La experiencia universitaria la ayudamos a crear entre todos y la personalidad del universitario la vamos forjando con la colaboración de todos. Aquí, también el personal administrativo, tiene un papel fundamental, con su eficacia, su rapidez, su trabajo bien hecho, su espíritu de servicio.

Nos estamos esforzando, y agradezco a nuestro Vicerrector Administrativo Financiero por aceptar este desafío de simplificar los procesos administrativos y formar mejor a nuestro personal administrativo y todos debemos estar listos para ser cada vez más eficientes y comprometernos todos en procesos ágiles y menos burocráticos.

6.-Una Universidad que opta por el cuidado de la vida y la Casa Común.

El cuidado de la casa común debe estar entre las opciones fundamentales de la Universidad Católica. Somos fieles seguidores de la visión de la “Laudato Si”, del Papa Francisco y de todo lo que nos pide en esa Encíclica.

Un ingeniero, un economista, un arquitecto, un médico de la UCB tienen que ser respetuosos con la vida y la creación de Dios.

La ecología no es solo una actitud de cuidado de la naturaleza, sino de la vida y de la ética cristiana. La ecología o es integral o se reduce a unas actitudes superficiales que no penetran en las opciones fundamentales de la vida.

El miembro de la familia universitaria de la UCB cuida la vida humana y la casa común con la misma pasión.

La actitud de vida ecológica es una opción por un estilo de vida diferente, una vida contraria al espíritu consumista , defensora de la vida y respetuosa con el medio ambiente.

El Cardenal Tolentino en el encuentro anteriormente citado nos ha invitado a comprometernos decididamente en el Pacto Educativo Global, propuesto por el Papa Francisco el año 2019. Se trata de comprometernos en la educación en la fraternidad de las jóvenes generaciones. “El afán por construir la fraternidad forma parte del quehacer de la universidad”, nos decía el Cardenal.

Uno de los objetivos del Pacto, el liderado además por Latinoamérica es el cuidado de la casa común.

7.-Universidad que investiga.

La investigación es uno de los tres pilares de nuestro Plan de desarrollo Universitario, unida a la calidad docente y a la interacción social. Queremos una universidad católica involucrada en procesos de investigación, unida a los que mejor investigan en el mundo.

No podemos conformarnos con ser divulgadores de conocimientos, sino que debemos crear conocimientos en procesos de investigación, innovación, publicación continua y de alta calidad.

Para ello hemos creado la Administración Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo que ya ha logrado aprobar el Reglamento de Investigación y de Sociedades Científicas.

Investigar significa que debemos diversificar los ingresos en la universidad. No podemos investigar solo con el ingreso de las inscripciones.  Por ello hemos creado la “Fundación San Pablo” con personalidad jurídica canónica para lograr diversificar ingresos y dedicarlos a la tarea investigadora universitaria.

Pero también debemos lograr un sistema de investigación, una cultura de investigación, vocación de investigar e imbuir a los estudiantes de esta vocación.

Contamos en la universidad con verdaderos quijotes con mucha vocación que dan lo mejor de sí para la investigación y que en medio de condiciones muy precarias han logrado resultados increíbles. Vaya para ellos mi reconocimiento y admiración.

8.-Universidad que sirve en la sociedad en la que se inserta.

La interacción social es uno de los tres pilares del Plan de Desarrollo Universitario. Agradezco al Vicerrectorado Académico por este trabajo en el que está logrando involucrar a todos en la Universidad y gracias a todos los que participan para darle forma.

Es necesario que en la universidad los estudiantes estén en contacto con proyectos sociales, con la Iglesia, con el mundo de la empresa, las organizaciones sociales y las instituciones estatales. Una universidad debe estar en continua relación con la sociedad, inserta en la sociedad y caminando con la sociedad, resolviendo problemas de la sociedad y sirviéndola desde el conocimiento.

El servicio social debe ser organizado e impulsado por cada facultad, de forma que cada año académico cuente con su propia actividad social para los estudiantes que, a lo largo de los años, deben ir haciendo cada vez más competa y compleja su actividad social.

En la ciudad de El Alto se ha creado la Unidad Académica Campesina de El Alto con el objetivo de ofrecer títulos técnicos superiores de profesiones necesarias para el desarrollo de la sociedad alteña y esta experiencia podrías iluminar otras que podrían colaborar al desarrollo del Plan 3000, por ejemplo, en Santa Cruz.

El Cardenal Tolentino nos llamaba a los rectores, en nombre del Papa Francisco, a fomentar en las universidades el voluntariado y las formas de solidaridad para no permanecer indiferentes ante la problemática social: la desigualdad, la fractura de la sociedad dividida en la opulencia de unos y la pobreza de otros. Propuso también crear escuelas de líderes para aportar a la crisis de la política que, siguiendo al Papa Francisco, debe ser la forma más alta de la caridad y no la actividad de baja calidad moral en que se está convirtiendo.

9.-Universidad con memoria histórica.

El año 2026 la Universidad Católica Boliviana cumplirá 60 años. Ya estamos preparando ese acontecimiento porque nos parece que una universidad con historia, como la nuestra, no debe dejarla pasar sin conocerla. La universidad tiene historia y la memoria histórica de la institución contribuye a la identificación con la misma. Somos una universidad con larga historia y debemos conocerla, conservarla y honrarla para vivir una identificación y un agradecimiento a los que nos han traído hasta el día de hoy, pero sin olvidar que vivimos en el presente y hay que mirar al futuro con esperanza y como quehacer

10.-Universidad con compromiso y comunicación eficiente.

Necesitamos personal administrativo y docente con compromiso. Esto no se improvisa, sino que necesita formación que ayude al personal a identificarse con la UCB. Trabajar en la Universidad Católica Boliviana no es solo recibir un salario, sino es comprometerse con la institución. Hay que explicar el tipo de institución en la que trabajan las personas para formar valores como veracidad, honestidad y compromiso. El personal debe estar cada vez más identificado con los valores de la Iglesia y de una institución de Iglesia.

Esto es responsabilidad de las autoridades que debemos comunicar mejor. Es necesario mejorar la comunicación interna de la Universidad. Todo debe ser comunicado, hay que fomentar el diálogo y la información veraz para todos. Por ello hemos creado el Consejo Nacional de Comunicación, con expertos de la misma universidad, para construir las líneas de la comunicación universitaria.

También hay que comunicar a la sociedad boliviana lo que la universidad hace en un sistema de marketing eficaz y suficiente que tenga informada a la sociedad de las actividades que la universidad realiza y son de interés común. Para ello hemos creado el Consejo Nacional de Marketing con personal profesional de la universidad y mejorar las líneas de comunicación con la sociedad boliviana.

Nuestra universidad no tiene que inventar nada para comunicarse mejor, solo tiene que comunicar mejor lo que hace, porque hacemos mucho y lo hacemos bien y, a veces, lo callamos.

Gracias a todos los que hacen posible, con su esfuerzo, la Universidad Católica Boliviana, esta gran obra de los Obispos al servicio de Bolivia.

 

 

José Fuentes Cano

Rector Nacional

Universidad Católica Boliviana